UTILIDAD Y CONVENIENCIA DEL BUEN DOBLAJE EN ESPAÑOL –
Reportaje insertado en la prensa el 25-3-1944 por encargo del falangista Luis de Galinsoga.
Un estimable factor cultural y educativo
Como ya es sabido, uno de los temas cinematográficos que en estos últimos tiempos ha levantado mayor polvareda en el campo de la controversia es el que se refiere a la cuestión del doblaje en español de las películas importadas del extranjero. Tema éste siempre interesante y actual, pues a nadie puede ocultársele la importancia que, tanto en su aspecto económico como en su perfil espiritual, dicho problema encierra para nuestra industria cinematográfica. No es extraño, por tanto, que en torno al mismo se hayan cruzado y entrecruzado diversos criterios y opniones y hayan emitido su dictamen favorable o desfavorable autorizadas voces, todas, desde luego, igualmente aleccionadoras y respetables.
Ya en anterior ocasión señalábamos nuestra posición respecto a tan debatido asunto. Entonces, lo mismo que ahora, nos inclinábamos abiertamente por el doblaje de la producción sonorizada, en idioma extranjero al nuestro (es obvio que las cintas realizadas en Hispanoamérica no necesitan de doblaje alguno). Pero claro está que al entender el doblaje en el cine, nos referimos siempre, de un modo concreto al doblaje correctamente bien hecho, que es, naturalmente, el último admisible y, por lo tanto, plausible. Porque en ese caso, el doblaje tiene, a nuestro modesto entender, un mérito, cuando menos, y algunas ventajas.
El mérito de una labor inteligente que, si quiere salir triunfante en su cometido, ha de superar necesariamente los obstáculos que ha de oponerle una empresa llena de dificultades y responsabilidad, y la ventaja primordial de facilitar el camino a un extenso sector del público español – singularmente al público de las zonas rurales – para hacer más apta y comprensiva a su inteligencia la historia cinematográfica que en la pantalla se le ofrece, y al mismo tiempo, aleccionarle – insistimos en que el doblaje sólo puede y debe hacerse de una manera: de riguroso acuerdo con los ánones de la gramática española – sobre el correcto uso, empleo y definición de las distintas voces de nuestro idioma en su manifestación verbal. Y en ese último aspecto, la lección del cine hablado, cuando es exponente del bien decir, puede también ser sumamente provechosa a muchos públicos que no son, desde luego, rurales.
Misión y deber de nuestro cine: Producir más y mejor
He ahí, pues, la utilidad, el interés y el valor patriótico que encierra el doblaje cinematográfico honradamente realizado. Se ha argüido para combatirle, el argumento acomodaticio y artificioso, de que la película extranjera doblada en español perjudicaba a nuestra producción cinematográfica. No creemos en la sinceridad de esta afirmación. Y no creemos por dos motivos. Primero, porque es cosa comprobada y vista en infinidad de casos que cuando una película extranjera es mediocra o francamente mala – y esta temproada hemos visto bastantes – el público deserta rápidamente de la sala donde se proyecta, y la cinta permanece pocos días en el cartel; y segudo, porque si se admitise como realidad indiscutible esa competencia negativa para nuestra producción, ello equivaldría a admitir tácitamente y con una sumisión fatalista de resignación e impotencia, la superioridad de lo extranjero sobre lo nuestro. Y esto, nosotros, como españoles, no podemos creerlo ni aceptarlo como un hecho definitivoe insuperable.
Ante esa última contingencia, el remedio está bien al alcance de nuestra mano: producir más y sobre todo mejor. Producir películas como ‘Raza’ o como ‘El escándalo’ o como ‘Orosia’ o como ‘Huella de luz’ respondan a una feliz realidad de buen cine, de cine auténtico y rotundo donde la valoración de sus méritos intrínsecos y de sus calidades estéticas, al ser exponente de una perfección técnica ya lograda, nos permita la satisfacción y el orgullo de poder presentar nuestras películas ante propios y extraños sin timideces, sin inquietudes, sin vacilaciones, con la seguridad y la confianza y también la justa alegría, que proporciona el saber que nuestro esfuerzo y nuestro afán no han sido estériles, sino que han sido mucho más: el triunfo de la buena voluntad y, con él, la victoria de la obra bien hecha.La labor y la voz de las más destacadas figuras del doblaje
No queremos terminar este sucinto reporte sobre el doblaje sin señalar como nota curiosa, uno de sus más interesantes ángulos en el campo puramente profesional, donde la técnica y el arte han de aunarse en inteligente competición, para alcanzar los efectos y la perfección apetecidos. Nos referimos a los artistas españoles encargados de ‘prestar’ su voz a los personajes extranjeros que doblan. Sabido es el cuidado con que en nuestros Estudios de doblaje se ha procurado seleccionar las voces de los profesionales del doblaje para adaptarlas lo más exactamente posible a la voz, e incluso a la propia personalidad artística de la figura traducida. Labor ésta, sin duda alguna, difícil y compleja, pero en la que justo es reconocer que se han conseguido resultados – si no en todas, como fuera de desear, sí en gran número de cintas – verdaderamente halagüeños y prometedores de una absoluta o casi absoluta perfección para un mañana muy próximo. Y en este aspecto, siempre ha de ser interesante para el lector saber quiénes son los artistas nuestros cuya palabra es la que oímos luego, sentados frente a la pantalla, ‘pronunciada’ – la ilusión es, a veces, completa – por el fino alambique de la técnica del ‘doblaje’. He aquí, pues, algunos nombres destacados en ese mundo frecuentemente anónimo y, sin embargo, tan interesante y meritoria de nuestras ‘estrellas’ de doblaje.
(Retratos de actores de doblaje de 1944 recogidos en el reportaje)
A Mickel Rooney le ‘traduce’ una señorita
La ‘voz’ de Greta Garbo, Marlene Dietrich y Kay Francis ha sido, hasta ahora, la de Margarita Robles, y también, en lo que respecta a la primera, la de María Bassó; las actrices Mirna Loy y Martha Rayne han sido dobladas por Joefina de Luna; a Diana Durbin la ha doblado nuestra gentil Marta Santaolla; Irene Dunne y Bárbara Stanwyck han sido dobladas por Leonor Fábregas; también la mencionada Mirna Loy ha sido doblada por Carmen Morando, dándose el caso singularísimo de que a Mickey lo ha ‘traducido’ una voz femeninda, la de la señorita María Victoria Udaeta. A Charles Boyer le han doblado Rafael Luis Calvo y José María Ovies; Laurence Olivier, Gary Cooper y Clark Gable lo han sido por Rafael Luis Calvo: Ronald Colman, por José María Ovies; Bud Abbott y William Powell, por Rafael Navarro; Lou Costello, por José Casím y Robert Taylor, por Alejandro Ulloa.
Nombres populares en nuestras pantallas
Algunas de estas voces de los artistas ‘dobladores’ corresponden a nombres consagrados por el aplauso popular en nuestras pantallas. Tales, entre otros, los de Marta Santaolalla, Margarita Robles, Alejandro Ulloa y Alejandro Nolia.
Una de las voces que más difusión han alcanzado últimamente ha sido la de José María Ovies, que en una pelicula española reciente ‘La boda de Quinita Flores’, interpreta un interesante papel: el del simpático y parlanchín fraile de la recoleta ermita del pueblecito andaluz. José María Ovies ha doblado con ajustada entonación y dicción a Charles Boyer y Ronald Colman, en películas recientemente estrenadas. Otra voz que el doblaje ha popularizado rápidamente es la del notable actor de nuestra escena teatral y también de nuestra pantalla cinematográfica Ramón Martori, quien hasta ahora ha venido doblando a Lewis Stone en su magnífica interpretación del ‘juez Harvey’, de la famosa serei cinematográfica de la familia ‘Harvey’ (excepción hecha de la última estrenada de dicha serie: Andrés Harvey, tenorio).
Una tarea ardua y delicada
Como antes hemos señalado, no es empresa fácil, ni mucho menos, la de doblar a las primeras figuras de las cintas extranjeras que llegan a nuestro mercado. Es una labor minuciosa y con frecuencia penosa. El artista que, encerrado en la cabina de doblaje, tiene que ir ‘traduciendo’ verbalmente al personaje que le corresponde doblar, ha de procurar mover sus labios al únisono de este, de modo que la palabra pronunciada en español se ajuste lo más exactamente posible al movimiento natural que en los labios del artista extranjero tiene la misma voz u otra análaga dicha en idioma extraño al nuestro: Y esto, desde luego, es una tarea dificilísima, que exige el esfuerzo, la intelgiencia y el tesón no sólo del artista encargado directamente del doblaje verbal, sino igualmente de la persona que tiene a su cuidado la traducción y adaptación de los distintos diálogos del film, que es preciso pulir y ajustar rigurosamente a las exigencias ineludibles del gesto y de la expresión de la figura doblada.
Películas dobladas directamente en idioma extranjero
Como detalle curioso e interesante citaremos finalmente el hecho de que en la actualidad y debido a las crecientes dificultades por que atraviesan diversos países a consecuencia de la prolongación del conflicto bélico, algunas películas extranjeras – americanas en su mayor parte – destinadas a surtir el mercado francés son dobladas directamente en nuestros Estudios en la lengua de Moliere por artistas franceses que se hallan con tal objeto en nuestra ciudad.
Y esos son, en suma, algunos de los aspectos que, tanto en el campo profesional como en el de una mayor difusión de la cultura popular, ofrece la labor de los Estudios españoles consagrados al doblaje de películas, labor que si ya en estos momentos resula por tantos conceptos provechosa e interesante, no es preciso poner de relieve los beneficios que, sabia y patrióticamente orientada, puede todavía rendir conforme vaya alcanzando la cima del perfecionamiento tecnico, del a que ciertamente está ya muy próxima.
F. González Serra